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Generación B: No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy

No todo es miel sobre hojuelas cuando se habla de teletrabajar, muchas veces pensamos que el tener este beneficio nos da acceso a una vida sin preocupaciones y con plena libertad de hacer lo que queramos ya que tenemos la noción de que no hay nadie viendo lo que estamos haciendo, cuando la realidad dista mucho de nuestros pensamientos. Muchas veces nos encontramos con situaciones en las que nuestra propia mente nos juega malas prácticas y caemos en un ciclo vicioso de procrastinación en el que dejamos todas nuestras tareas para último momento debido a que no sentimos una presión directa de alguien supervisando nuestro trabajo en presencial. Aunque algunos son la excepción, la gran mayoría se despreocupa un tanto en exceso.

Como mencionamos en algún momento, el teletrabajar es una forma diferente de trabajo, tenemos las mismas responsabilidades que normalmente tendríamos en una oficina común solo que desde la comodidad de nuestro hogar. Es por ello que debes de establecer una rutina que te ayude a no caer en el bucle que te mencionamos anteriormente, si bien es cómodo no tener que salir de casa, debes recordar que estas dentro de un horario laboral aún a pesar de que estés en casa y es mil veces mejor que termines todas tus tareas antes que dejar todo para último minuto.

Un estudio de la Universidad de Stanford menciona que la procrastinación durante épocas de teletrabajo puede generar padecimientos de ansiedad laboral, disminución de rendimiento, dificultad para comunicarte con los demás, etc. Un poco para resumir, incrementan tus probabilidades de ansiedad y que entregues un trabajo mal hecho.      

Ojo, no decimos que tu vida se vaya a ir por el drenaje si procrastinas, al final todos lo hemos hecho en algún punto de nuestras vidas (si, aunque no lo creas), el problema es cuando dejas que esta conducta se vuelva recurrente y normalices el dejar todo para último momento, ahí es cuando puedes ir despidiéndote de tu salud mental. 

Aquí es cuando te decimos que no todo esta perdido y te damos una guía de supervivencia en caso de que sientas que ya estas cayendo por el pozo de la procrastinación:

1. Inicia la rutina:

  • Despierta tu mente: Haz algo que te active, como escuchar música animada o tomar una ducha fría.
  • Planifica tu ataque: Anota todas las tareas que tienes que hacer y ordénalas por importancia. ¡Conviértete en un estratega!
  • Comprométete: Haz un pacto contigo mismo y promete cumplir con el plan. ¡Eres tu propio jefe!

2. Trocea las misiones imposibles:

  • Divide y vencerás: Las tareas gigantes pueden tirarte para atrás, así que córtalas en pedacitos más pequeños y manejables, verás que parecen más fáciles.
  • Motivación a tope: Al completar cada mini-tarea, te sentirás cada vez más aliviado y querrás seguir adelante.
  • Paso a paso: Lo más difícil es empezar, pero una vez que lo haces, es sólo seguir hasta el fin.

3. La perfección no existe:

  • Olvídate de ser un robot: Acepta que cometer errores es parte del proceso. No te frustres si algo no sale perfecto.
  • Progreso, no perfección: Lo importante es avanzar, no que todo quede impecable. No te quedes atascado en los detalles.
  • Arreglar es mejor que prevenir: Si cometes un error, no te preocupes, siempre puedes solucionarlo después. No te tires abajo si no todo sale a la primera.

4. Prioriza como un pro:

  • ¿Qué es lo primero? Ordena las tareas por importancia. Las urgentes primero y las demás pueden esperar.
  • Haz una lista mágica: Anota todo lo que tienes que hacer y tacha cada cosa que completes. Así le das a tu mente una sensación de cumplimiento y te hará querer ir a por más.
  • Sé realista: No te cargues de trabajo, sé realista con lo que puedes hacer en un día y no te agobies (al principio dijimos que era mejor terminar todo antes, pero tampoco nos referimos que te cargues durante todo el día).

5. Recompensas épicas:

  • Celebra tus logros: Cada vez que completes una tarea, date un premio (pero sin exagerar). Mírate un capítulo tu serie favorita cuando salgas de trabajar, come algo rico (un poco de confort food no viene mal ocasionalmente).
  • Pequeñas alegrías, grandes resultados: No esperes a terminar todo para premiarte. Las recompensas pequeñas te mantendrán motivado para acabar todas tus tareas en el menor tiempo posible.
  • El orden es clave: Primero haz la tarea y luego disfruta tu premio. Así no caerás en la tentación de procrastinar.

Al final todo depende de como ajustes tus horarios y rutinas, nuestros consejos son una simple guía para ayudarte a combatir la procrastinación y mejorar tus hábitos, pero siempre queda en ti el hacerlo de la mejor forma posible. Desde Belong esperamos que te sean útiles estos consejos y sigas rompiéndola en donde sea.

¡Hasta la próxima vez!