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EL NUEVO PARADIGMA DEL MERCADO LABORAL Y EL TELETRABAJO

La llegada de la pandemia y su “nueva normalidad” ha traído numerosos cambios a nuestras vidas, especialmente dirigidos hacia un cambio de mentalidad y una nueva visión sobre el trabajo, por el cuál, muchos trabajadores han comenzado a replantearse sus prioridades y a poner en relevancia aspectos que antes no se tomaban tan en cuenta.

Estas consecuencias ya se están manifestando en fenómenos como el de la gran renuncia en EEUU, o como algunos la nombran, la gran resignación en España. Este fenómeno no sólo ha impulsado a millones de personas a abandonar sus puestos de trabajo, sino también a valorar el bienestar del trabajador por encima de aspectos que antes tomaban más relevancia, sobre todo en relación con el salario o la escasa oferta del mercado laboral.

En un artículo de la revista Forbes publicado en julio de 2022, Alicia Malumbres expresa cómo las organizaciones mantienen a profesionales resignados a trabajar de una forma a la que ven poco sentido, y debido a ello, aparece la sensación de dejar de aportar valor. No obstante, los motivos o factores que han llevado a esta situación son motivos que han estado siempre en el mercado laboral, pero es a raíz de la pandemia y del cambio de mentalidad cuando se han visto tomados en consideración y cuando han llevado a los trabajadores a actuar sobre ello. Este contexto viene dado por los siguientes factores:

En primer lugar, un gran desenganche emocional con la actividad profesional y con la propia empresa, desmotivado por las propias condiciones del mercado laboral, y llevado a una sensación de aislamiento y desconexión de los equipos como consecuencia de la nueva normalidad y la implantación de nuevos modelos de trabajo, especialmente relacionado con el teletrabajo.

En segundo lugar, una ausencia de flexibilidad en la conciliación con otras facetas vitales, restando importancia a factores personales, y poniendo el trabajo por encima de las necesidades y requerimientos del individuo y de su entorno.

Y, por último, una cierta rebeldía de los trabajadores ante la imposición de volver a un modelo de trabajo presencial, derivada precisamente de esta falta de flexibilidad y consideración de la vida personal del trabajador.

Tras estos últimos años, nos hemos visto obligados a adaptarnos a un nuevo modelo de trabajo en remoto que nos ha hecho darnos cuenta de ciertas carencias que traía consigo el trabajo presencial. De esta forma, a raíz del trabajo en remoto, el trabajador ha comenzado a tomar en consideración aquellas nuevas necesidades surgidas de esta nueva forma de trabajo, convirtiéndose así en condiciones esenciales para que no se produzca éste fenómeno de renuncia del puesto de trabajo.

Por lo tanto, el mercado laboral está comenzando a presenciar una nueva mentalidad de los trabajadores en la que se comienzan a poner en valor aspectos que anteriormente simplemente se dejaban pasar, y las principales consecuencias de ello están directamente relacionadas con una potencial pérdida de la productividad y el rendimiento y, sobre todo, con la pérdida de talento en las empresas. Es por ello por lo que debe comenzar a considerarse no sólo qué aspectos son los que han provocado esta situación de renuncia, sino también qué condiciones son las que motivan a los trabajadores y suponen una sólida razón para quedarse y mantenerse vinculado emocionalmente y profesionalmente con su trabajo.